Ben vuelve a unirse al equipo y encuentra respuestas que son difíciles de creer. En el opaco mundo de las operaciones encubiertas, la claridad no es algo común, lo cual Raife no está dispuesto a aceptar. Esto provoca que el teniente y el jefe se separen aún más. Ben debe aceptar que no todo es blanco o negro para detener la guerra.