Nazuna revela a sus compañeros el pasado que la une a Anko y toma la firme decisión de detenerla personalmente. La noche de Halloween, en medio de una multitud, Anko dispara a Nico y declara con frialdad: «He venido a poner fin a la noche». A partir de ese momento, los vampiros comienzan a ser atacados uno tras otro, convirtiéndose en blancos de una amenaza que no da tregua.